Las emociones son parte de nosotros y un elemento fundamental de la personalidad, nos hacen manifestar lo que sentimos en cada instante transmitiéndolo al resto de personas.
Considero que los niños muestran más facilmente sus emociones y es más sencillo trabajarlas con ellos. Aun así las personas no siempre saben expresar lo que sienten, y para ello hay que dirigirlas hacia una experimentación, que busquen nuevas formas y prueben para que vean con cual se sienten mejor.
Algunas emociones básicas suelen derivar a lo siguiente:
Normalmente cuando una persona está triste lo primero que imaginamos es que se debe a una pérdida de algo importante para ella.
Cuando muestra alegría lo atribuimos a una ganancia, mérito de la misma.
Si presenta miedo podemos pensar que es debido a que detrás hay una amenaza.
Estas son algunas emociones de las muchas que transmitimos, pero ¿cómo podemos trabajar con un niño/a que se presente con signos de tristeza?
Lo primero que debe hacer un orientador es diagnosticar la causa del problema que deriva la emoción y trabajar con tacto, afecto y empatía, puesto que el niño/a en ese instante se siente con ausencias de este tipo, se mostrará por tanto débil, lo que le llevará a comportarse de una determinada forma.
Por eso, al entrevistar al alumno con problemas es esencial fijarnos en sus rasgos emocionales, comportamentales, que desencadenan y derivan el problema al que se enfrenta.
Concluyendo, ¿una simple expresión/emoción dice mucho de una persona?
Sí, y gracias a ello podemos trabajar abarcando más posibilidades a la hora de encontrar solución a la causa que le acontece. Siempre habrá un efecto que produzca una causa, y en este caso fijarnos en la expresión corporal(según la posición que evidencie el niño (si mueve las piernas (está nervioso), si se sienta con posición medio tumbada en la silla (no muestra atención, se exhibe desafiante ante nosotros...), o con posición erguida (muestra decisión), entre otras, y facial de una persona nos lleva a determinar si esta alegre, confusa...(según la posición de la boca, si tiene una mirada indecisa, según la posición de las cejas (si están arqueadas es síntoma de enfado, o si están abiertas muestran sorpresa, por ejemplo).
Página de información sobre emociones infantiles para padres:
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